Final.
Jimin llegó a su casa con todas las cosas que su madre había pedido, entró con su mirada gacha y su olor a almendras siendo más amargo, olía a omega triste y todos dentro de la casa lo pudieron notar.
—Oye, ¿dónde está Jungkook? —preguntó Eunha un poco confundida, ella había escuchado cuando Jimin y el alfa se fueron juntos al supermercado.
—Ah, no lo sé y no me importa —respondió tajante.
—Ay Jimin, ¿qué hiciste? —preguntó la rubia con un suspiro viendo a su hermano.
Jimin frunció el entrecejo, ¿por qué insinuaban que él tuvo la culpa?
Es tu culpa que no tengamos a nuestro alfa, lloriqueó el lobo interno de Jimin mientras se hacía bolita por lo triste que se sentía de haberle dicho todas esas cosas a su alfa.
Jimin solo lo ignoró una vez más
—No hice nada, ¿qué te hace pensar que fui yo? —respondió con otra pregunta.
—Bueno, cariño, no tienes la mejor reputación —dijo la madre del menor después de escuchar la conversación que mantenían sus dos hijos.
—Tal vez podrías disculparte —sugirió Yoongi con su bebé ya en brazos sentado al lado de Taehyung en el sofá de la sala.
—Si Jimin, Jungkook es un buen chico —habló el hermano alfa de Jimin.
Park miró mal a todos, eran de su familia y se estaban poniendo del lado del alfa.
—Un momento, ¿por qué piensan que fue mi culpa? —preguntó ya molesto.
—Si por lo menos fueras sincero con él... —dijo la omega rubia.
—¿Si fuera sincero con él? Soy sincero con todos —respondió. Y antes de que lo volvieran a atacar con más reproches decidió volver a hablar—. ¿Saben que? Me voy a mí habitación —dejó a toda su familia atrás y de dirigió a la planta de arriba hacia donde estaba su antigua habitación.
Todos se quedaron callados y soltaron un suspiro por la actitud tan a la defensiva que tenía el ojiazul.
Jimin llegó a su antigua habitación y se sentó a la orilla de la cama pensando en todo lo que había ocurrido, desde Jungkook diciéndole que lo acompañaría al supermercado hasta la discusión con su familia.
De pronto unos golpes en la puerta lo sacaron de sus pensamientos.
—Minnie, ¿puedo pasar? —era Sohee, su tía.
—Claro —aceptó.
La omega más grande entró a la habitación en silencio y se sentó al lado de Jimin.
—¿Cómo estás? ¿Qué fue lo que pasó? —preguntó tratando de ser comprensiva con su sobrino favorito, después de todo, él nunca la juzgó.
—Estoy perfectamente bien —respondió con un tono de voz normal y con su mirada gacha.
—Minnie, vamos, no me mientas —animó la omega.
—Vivo por mi propia cuenta —comenzó hablando—. Desde lo que pasó he estado bien, todo ha estado perfectamente bien, no necesito a nadie en mi vida, ya me hice a la idea de que estoy mejor solo —explicó—. Además, tú tampoco estás con otro alfa y te ves muy bien —se encogió de hombros.
Sohee solo sonrió de lado, Jimin le recordaba mucho a ella.
—Eso es mentira —comenzó. El menor frunció el entrecejo—. Todo fue mi culpa, tuve muchas oportunidades —suspiró—. Hubieron tantos alfas que me amaron siempre y estuvieron dispuestos a marcarme —sonrió—. Cuando se acercaban, yo me alejaba —explicó—. Y sí, aquí estoy, completamente sola a los 48 años de edad, ya es muy tarde —dijo restando importancia.
Jimin alzó su mirada diriguiéndola hacia su tía, él siempre creyó que ella estaba completamente bien, siempre se demostraba feliz de su estilo de vida y ella fue quien le propuso eso de los fiesta-amigos, así que no entendía porqué le decía todo eso.
—Jimin, no te cierres a las oportunidades solo porque tengas miedo a salir lastimado —dijo con tono suave colocando la palma de su mano sobre la espalda del omega antes de pararse y dejarlo ahí con sus propios pensamientos.
✧✦✧
Un mes ya había pasado desde la discusión que Jimin y Jungkook habían tenido en el supermercado, y la conversación que Sohee había tenido con el ojiazul.
Era de nuevo Navidad por la mañana y Jimin esta vez se encontraba solo en su departamento mientras comía varios chocolates sentado en su sofá con algunas cuantas mantas para mantenerse calentito.
Tomó uno de los libros que estaba en la mesita de al lado del sofá y comenzó a hojearlo hasta que llegó a una página que tenía una tira de fotos de él junto a Jungkook de cuando fueron al restaurante mexicano, ambos se veían demasiado felices en aquellas fotografías que lo hizo sonreír melancólico, no había hablado para nada con el rizado desde aquel día.
Jimin a las dos semanas lo había ido a buscar a su departamento para intentar conversar pero en cuanto llegó al dicho lugar se arrepintió y decidió volver a huir, después de todo, era lo mejor que sabía hacer.
Después de unos cuantos minutos más observando las fotografías decidió que debía arreglarse, iría con su cuñado Yoongi, su hermana Eunha y con su sobrina Jisoo al centro comercial para comprar regalos navideños.
✧✦✧
El centro comercial estaba repleto de alfas, omegas y betas que buscaban regalos para el árbol de Navidad o simplemente buscaban pasar el tiempo antes de tener que regresar a casa para la cena navideña, el espíritu que tanto caracterizaba esa fecha estaba presente en cada uno de ellos, después de todo, la mayoría consideraba que esa era una de las mejores festividades.
—Entonces, ¿fuiste a buscarlo hasta su departamento que está a casi al otro lado de la ciudad y te acobardaste antes de tocar el timbre? —repitió las palabras de su hermano mientras sujetaba la mano de su hija.
—No diría que acobardar pero bueno... —suspiró el ojiazul.
—Te recomendaría que vayas a terapia para que puedas dejar todos tus miedos de lado —dijo Yoongi a su cuñado.
—No, gracias —respondió Jimin.
Los cuatro omegas se dirigían a las escaleras eléctricas para llegar a la segunda planta del lugar.
Cuando ya se encontraban parados en las escaleras, a Jimin se le fue la respiración cuando divisó a Jungkook en el lado contrario de la escaleras dirigiendose a la planta baja, su omega comenzó a arañar cuando a sus fosas nasales llegó el aroma a whisky, madera y césped de entre todos los demás aromas que se revolvían y lo hacían fruncir su naricita.
El alfa quien estaba mirando hacia otro lado conectó su mirada con la del omega al sentir como su alfa comenzaba a dar saltos por todos lados.
En una parte ambos se encontraron a unos cuantos centímetros de distancia pero ninguno hizo el intento por saludarse, Jungkook llegó a la parte de abajo y Jimin a la de arriba junto con los miembros de su familia quienes lo miraban acusadoramente.
—Es el destino, ve tras él —dijo emocionado Yoongi al presenciar aquella escena.
—No es el destino, él prácticamente vive en el centro comercial —se quejó sin mirar atrás—. ¡Muy bien, compremos regalos! —dijo emocionado cambiando de tema para no hablar más sobre eso.
—Tío, Jimin, la vida te está dando otra oportunidad —habló la dulce sobrina de Jimin mirándolo como si lo que dijo sea verdad.
Yoongi y Eunha miraron fijamente a Jimin dándole la razón a la niña.
—No la cagues —volvió a decir Jisoo dirigiéndose a su tío.
Jimin tragó saliva, la niña tenía razón y se sentía patético al darse cuenta de eso, así que con un fuerte suspiro y una especie de mohín, salió corriendo en busca del alfa.
Tomó nuevamente las escaleras mientras se disculpaba con las personas por empujarlas ya que estaba muy desesperado por llegar junto al ojiverde, ganándose unos cuantos insultos en el proceso.
—¡Jungkook! —iba gritando, ya había bajado de las escaleras y se encontraba corriendo por el pasillo siguiendo al alfa.
Empujó a unas cuántas personas más mientras seguía llamando al alfa quien parecía no poder escuchar por el bullicio que había.
De pronto Jimin tuvo una idea cuando observó a las personas que se encontraban cantando villancicos en medio del centro comercial, saltó la pequeña barra que tenían para que nadie se acercara demasiado y le quitó uno de los micrófonos a una de las omegas que estaba cantando.
—¡Jungkook! —gritó olvidado que ya tenía el micrófono ocasionando un sonido ensordecedor—. Lo siento —se disculpó un poco nervioso por las miradas de todos los presentes en el lugar sobre su cuerpo.
Jeon quién iba caminando a paso rápido se detuvo cuando escuchó la voz de su omega llamándolo.
Todos voltearon a ver al alfa cuando deducieron que él era Jungkook.
—Yo solo... solo diré que la cagué —trató de disculparse—. Lo siento, niños, no digan eso en casa —dijo cuando los padres de todos los niños presentes lo miraban mal—. De acuerdo, lo que quiero decir es... —Jungkook se encontraba observándolo fijamente con las manos dentro de la gabardina de color negro que traía—. Lo que quiero decir es... uff, hace mucho calor aquí, ¿no? —el mayor lo mirada con su semblante serio mientras Jimin se quitaba su abrigo—. Escucha, lo que trato de decir es que exageré demasiado las cosas, pensé que tenía motivos para atacarte, pero la verdad es que no, pelear contra el miedo que tengo de enamorarme me superó, ¿de acuerdo? Todo era muy bonito pero sentí que me explotaría en el rostro en cualquier momento aunque no fuese así, y preferí que no lo hiciera a que hubiese un "nosotros", no entiendo aún porqué tengo que romper todo lo que amo, lo logré ver en tu rostro aquel día en el centro comercial —dio un fuerte suspiro.
Jungkook lo veía con su semblante más relajado sin moverse de su lugar, quería escuchar todo lo que el omega tenía que decirle.
—Yo tengo la culpa, ¿bien?, Por eso tengo que decirte que es culpa mía y de mi cabeza, no quiero perder esto contigo, solo... solo no te vayas —dijo lo último un poco bajo pero por el micrófono pudo ser audible para todos—. Todo este tiempo me divertí más contigo que con todos mis patéticos ex novios juntos —todas las personas se encontraban prestando suma atención a todo lo que el omega decía—. Tenías razón —suspiró—. Siento algo por ti —dijo sinceramente—. Dejarte ir fue uno de los errores más grandes que he cometido en mi vida, y lo siento, porque mierda, te extraño mucho —terminó de decir todo lo que quería y se quedó observando al alfa quien estaba sin habla.
Jungkook no sabía que decir, todo el mundo lo veía y solo tenía ganas de abrazar a su omega.
Jimin al ver que Jungkook no hacía ningún intento por decirle algo se desesperó.
—Y te extraño tanto que dejé de fumar y dejé de comer esos dulces que no te gustan, arruinaste todos mis vicios, yo creí que solo quería a alguien con quién pasar las festividades, pero la verdad es, que solo te quiero a ti —dijo con unas cuantas lágrimas rebeldes deslizándose por su mejilla—. En las festividades, fines de semana y entre semana también —todos miraban conmovidos al rubio, algunas personas dejando salir una que otra lágrima—. Sé que tal vez es tarde, pero sinceramente... te amo —Jungkook sintió a su alfa brincar por la alegría, y él no estaba mejor—. ¿Qué dices? ¿Me perdonas? —preguntó esperanzado.
Jungkook sonrió en grande y se mordió el labio inferior.
—No —dijo dándose la vuelta.
Todos miraron la reacción del alfa atónitos, no lo podían creer y Jimin no estaba mejor que ellos.
Jungkook detuvo su andar y se volteó para observar a Jimin con una enorme sonrisa.
Y Park lo entendió todo, había sido una mala y cruel broma por parte de Jeon pero soltó todo el aire que había retenido, después de todo se lo merecía un poco.
Jungkook comenzó a caminar rápidamente en dirección al omega quien ya había secado sus lágrimas y se encontraba sonriendo.
Cuando ambos estuvieron cerca el uno del otro se unieron en un fuerte abrazo.
—Ese fue el mejor discurso que hayan dicho nunca —dijo el ojiverde separándose un poco del abrazo para después unir su boca con la del rubio.
El beso que se dieron estuvo lleno de mucho cariño y desesperación, sus labios y lengua estaban en una pelea para descubrir quién tenía el control de la situación.
Jimin llevó sus brazos hacia la nuca del alfa para unir más sus bocas si era humanamente posible hasta que el aire les faltó y se separaron en busca de más.
Las personas a su alrededor los miraban con sonrisas en sus rostros por presenciar todo aquello.
—¿Y qué tal año nuevo? —preguntó divertido el mayor.
—Si —respondió con emoción el ojiazul soltando una suave risita.
Después de todo, Jungkook era todo lo que Jimin había estado esperando, así como Jimin era todo lo que Jungkook esperaba.
Fin.
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